¿Puede haber una angina postinfarto?
Sí, en algunos casos es posible que persistan anginas después del infarto.
Un infarto es un atasco brusco en una de las arterias que lleva oxígeno y nutrientes al corazón. Una angina de pecho es que alguna arteria del corazón esté un poco estrecha, de forma que pasa sangre suficiente en reposo pero no toda la que necesita el corazón durante los esfuerzos, de ahí que se queje con el dolor de pecho típico (dolor anginoso).
Cuando alguien tiene un infarto, se suele desatascar la arteria y se pone un stent para mantenerla permeable. Sin embargo, no siempre se puede, y a veces la arteria queda abierta pero a medias, o también es posible que haya estrecheces en otras arterias. Cuando esto ocurre es posible que uno sufra de angina postinfarto.
Por lo tanto, las principales causas de anginas postinfarto son:
- Que la arteria no se haya podido desatascar por completo y persista algún tipo de estrechez.
- Que existan estrecheces en otras arterias distintas a la que produjo el infarto.
- Que se estreche nuevamente una arteria coronaria diferente por exceso de colesterol.
A veces se puede hacer un segundo cateterismo pasados los días más críticos del infarto para solucionar ese problema definitivamente, en otras ocasiones se prescriben tratamientos para que no duela tanto y se convive con la angina con las recomendaciones médicas correspondientes que dará el cardiólogo.
En cualquier caso, gracias a los avances, cada vez es más infrecuente que persistan anginas postinfarto después de haberse realizado la colocación del stent.