¿Se puede comer marisco después de un infarto?

Sí, aunque el marisco tiene más contenido en sodio que la mayoría de los alimentos, se puede comer marisco después de un infarto, pero con moderación (no más de dos veces a la semana) y sobre todo, hay que prepararlo con poca sal. 

Las personas que han sufrido un infarto pueden tomar marisco una o dos veces por semana, pero tienen que tener mucho cuidado con la sal.

El marisco habitualmente se prepara con mucha sal, la sal favorece la retención de líquidos y sube la tensión arterial y esto aumenta el riesgo de infartos. Además, el marisco de por sí contiene bastante sodio, por lo que aún sin sal puede hacer que se retengan líquidos.

Además, si después del infarto el corazón quedó con poca fuerza, retener líquidos puede llevar a un encharcamiento de pulmón, una situación peligrosa.

Por tanto, el problema no es tanto el marisco en sí, sino la preparación. Se puede tomar marisco con moderación, pero teniendo cuidado con no prepararlo con mucha sal.