El dolor de cervicales, al igual que otros dolores, puede provocar un aumento de la presión arterial.
Los dolores crónicos, como es el dolor de las cervicales, hace que aumente la ansiedad percibida por el cuerpo. Este estrés o malestar hace que se liberen catecolaminas, que son una moléculas que preparan al cuerpo para defenderse con rapidez ante algún riesgo que el organismo entiende como posible.
Las catecolaminas hacen que, entre otras cosas, las arterias se constriñan, aumentando la tensión.
Por lo tanto, el dolor de cervicales puede perfectamente aumentar la tensión arterial, pero esto no es algo específico del dolor de cervicales sino que ocurre con cualquier tipo de dolor crónico y mantenido.