Taquicardias ventriculares: tipos, síntomas, diagnóstico y tratamiento

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🚨 Las taquicardias ventriculares requieren asistencia sanitaria urgente.

¿Qué es una taquicardia ventricular?

Las taquicardias ventriculares son la arritmias que afectan a los ventrículos. Los ventrículos son las cámaras inferiores del corazón, las partes principales de éste y donde hay más músculo cardíaco.

Estas taquicardias son un grupo de arritmias graves, que pueden provocar potencialmente la muerte, por eso son también llamadas arritmias malignas.

Las taquicardias ventriculares suelen ser muy rápidas, normalmente a más de 180 latidos por minuto. Esas frecuencias tan altas no permiten funcionar adecuadamente al corazón, por lo que quién las sufre suele estar muy sintomático. Las taquicardias ventriculares sin pulso, la torsade des pointes y la fibrilación ventricular son los tipos de taquicardia ventricular más rápidas y graves.

Existen taquicardias ventriculares debidas a problemas eléctricos del corazón que aparecen de forma brusca en personas sanas. Sin embargo, la mayoría de las veces se presentan en corazones enfermos, muchas veces durante un infarto. De hecho, la mayoría de las personas que fallecen durante un infarto es porque durante el proceso ocurre una arritmia de este tipo.

Tipos de taquicardias ventriculares

Hay diferentes tipos de taquicardias ventriculares, que en parte determinan también su urgencia y gravedad. Las principales taquicardias ventriculares son:

  • Taquicardia ventricular sin pulso: el sistema eléctrico del corazón en los ventrículos falla y produce que la frecuencia sea tan rápida que el corazón no es capaz de llenarse y contraerse; por lo que no logra impulsar la sangre (no hay pulso) y se produce una parada cardiorespiratoria.
  • Taquicardia ventricular con pulso: a nivel de los ventrículos ocurre un problema con los impulsos del corazón que provoca que éste lata a frecuencias muy elevadas, aunque no tan rápidas como para impedir su función de bombeo de sangre.
  • Taquicardia ventricular paroxística: es una arritmia rápida originada en los ventrículos que aparece y desaparece de forma intermitente.

Tanto los síntomas, como el diagnóstico y el tratamiento de estas taquicardias ventriculares dependerá en cada caso del tipo de taquicardia.

Síntomas de las taquicardias ventriculares

Debido a la alta velocidad a la que late el corazón durante este tipo de arritmias, las taquicardias ventriculares suelen presentar muchos síntomas.

En ocasiones, las arritmias ventriculares más graves son tan rápidas o desordenadas que no dan tiempo al músculo a contraerse y relajarse para bombear la sangre. Las taquicardias ventriculares más graves pueden provocar una parada cardiocirculatoria y salvo que se actúe de forma inmediata, la muerte. Como consecuencia de esto el principal síntoma es la pérdida de consciencia.

Depende mucho del tipo de taquicardia ventricular, pero algunos de los síntomas más habituales son:

  • Síncopes: pérdidas bruscas de consciencia pero con recuperación espontánea, en casos de taquicardias breves.
  • Dolor torácico opresivo.
  • Dificultad para respirar (disnea).
  • Mareos.
  • Sensación de palpitaciones rápidas.

Diagnóstico de una taquicardia ventricular

Dada la extrema gravedad de las arritmias ventriculares, es de las pocas enfermedades que ante su sospecha se inicia el tratamiento y ya después, si se logra salvar al paciente, se realizan las pruebas diagnósticas pertinentes.

En todo caso, las taquicardias ventriculares (igual que la mayoría de arritmias) se diagnostican mediante la realización de un electrocardiograma.

Sin embargo, no es infrecuente que algunos tipos de taquicardias ventriculares pasen desapercibidas durante un tiempo hasta que se logra el diagnóstico, ya que fuera del episodio todas las pruebas pueden resultar normales. El ECG de la taquicardia ventricular puede no ser suficiente, por eso ante la sospecha de taquicardia ventricular es imprescindible hacer un estudio de monitorización con holter. El holter es una prueba que permite registrar la actividad eléctrica del corazón durante tiempo prolongado, podríamos decir que el electrocardiograma es una foto de la actividad eléctrica del corazón mientras que el holter es un vídeo. Existe varios tipos de holter, de corta duración que se adhieren a la piel con unos electrodos y registran uno o dos días; o holter insertables de larga duración que implantan bajo la piel con una sencilla intervención y registran la actividad del corazón durante semanas o meses.

En este sentido, últimamente están apareciendo en el mercado dispositivos que registran la actividad eléctrica del corazón en formato de relojes inteligentes o pulseras entre otros gadgets wereables. Están siendo una revolución en el diagnóstico precoz de arritmias cardíacas ya que algunos de ellos tienen una capacidad de registro (e incluso de análisis) compatible con los holter profesionales.

En cualquier caso, el diagnóstico de cualquier tipo de arritmia, particularmente de las taquicardias, debe ser siempre realizado e interpretado por un cardiólogo.

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Tratamiento de las taquicardias ventriculares

Tratamiento de las taquicardias ventriculares más graves o sin pulso

Taquicardias como la taquicardia ventricular sin pulso, la Torsade des Pointes o la fibrilación ventricular provocan una parada circulatoria, por ello para tratarlas se necesitan simultáneamente maniobras de reanimación cardiopulmonar (masaje cardíaco) y un desfibrilador. Cuando un paciente presenta 3 o más episodios de taquicardia ventricular o fibrilación ventricular se llama tormenta arrítmica.

En los últimos años se están instalando muchos desfibriladores semiautomáticos (DESA) en espacios públicos y concurridos porque que es imprescindible actuar cuanto antes, ya que cada minuto de retraso en una parada cardíaca baja mucho las posibilidades de salvar al paciente.

Los desfibriladores externos semi-automáticos (DESA) pueden ser usados por personal no sanitario. Consisten en una máquina con dos cables rematados en unas pegatinas. Para usarlos hay que encenderlos y poner las dos pegatinas en la piel del tórax del paciente (siguiendo el dibujo que traen, una sobre el esternón y la otra en el lateral izquierdo del tórax). El aparato explicará los pasos mediante comandos de voz. El propio dispositivo interpretará si es una arritmia desfibrilable, en cuyo caso administrará una descarga eléctrica con la intención de “reiniciar el corazón”. Son muy eficaces en los primeros minutos. Si el ritmo no es desfibrilable el aparato no hará nada y es preciso seguir dando masaje cardíaco hasta que lleguen los servicios de emergencias.

Si se logra recuperar al paciente, será preciso su ingreso en una unidad de críticos (llamadas UCI, unidad coronaria, reanimación o unidad de vigilancia intensiva) para tratar el daño ocasionado durante el tiempo que estuvo sin circulación. Dependiendo de la duración y el daño, muchas veces precisan soporte con ventilación mecánica y otras técnicas como asistencias ventriculares externas o terapia de sustitución renal. Es común realizar hipotermia terapéutica para enfriar el cuerpo y proteger el cerebro mientras se recupera, ya que muchas veces tras una parada cardíaca recuperada, aunque se logre que el corazón funcione correctamente, los daños en el cerebro pueden ser severos y condicionar el pronóstico del paciente.

Es posible también que, en algunos casos, sea necesaria una ablación de la arritmia, que consiste en corregir la arritmia mediante una intervención.

Con frecuencia hay que añadir tratamientos antiarrítmicos como la amiodarona (Trangorex) combinados o no con fármacos tipo betabloqueantes como el nebivolol (Lobivon, Silostar), bisoprolol (Emconcor), metoprolol (Beloken, Lopresor) o carvedilol (Coropres), entre otros.

Tratamiento de taquicardias ventriculares menos graves

Otros casos de taquicardias ventriculares menos graves se puede tratar también con fármacos, aunque muchas veces se recurre también al desfibrilador para hacer una cardioversión eléctrica. Tras el episodio se puede precisar ingreso para realizar múltiples pruebas para estudiar el origen de la taquicardia e intentar tratarlo.

Hay casos en los que las arritmias son consecuencia de otro problema del corazón, como cardiopatías isquémicas. En muchos de estos casos, tratando la causa se puede evitar también nuevos episodios de la arritmia.

Por último, si a pesar de todo sigue habiendo un riesgo alto de que el paciente vuelva a tener una taquicardia ventricular, es necesario realizar una cirugía para ponerle un desfibrilador automático implantable (DAI), que es una especie de marcapasos que identifica y administrar choques eléctricos cuando el paciente sufre una taquicardia ventricular o fibrilación ventricular para intentar evitar las paradas cardiocirculatorias.